En las mañanas húmedas de invierno, sales a la calle, o miras por la ventana y tienes la sensación que el mundo se acaba hasta donde permite ver a través de la niebla. Tienes como una incertidumbre, un misterio de lo que hay detrás de lo que no puedes ver. En realidad la niebla te envuelve y lo puedes notar, una especie de vapor frío y aire pesado que se hace difícil respirar. El punto más hermoso de esta atmósfera es cuando el sol empieza a brillar, creando una luz difusa sobre los elementos del paisaje, ahí está la Magia !. El contraste y color del paisaje se intensifica, hasta el momento que se disuelve por la intensidad de los rayos solares.
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